01.-
Limpieza superficial. Hacer una limpieza superficial con una bayeta húmeda.
Aplica la bayeta suavemente para evitar estropear la placa y para quitar las
manchas blandas y los pequeños trozos de comida.
02.-
Manchas incrustadas. Si después de la limpieza, nos han quedado manchas
incrustadas, la mejor manera de quitarlas es usar un producto específico para
placas, con una bayeta.
03.-
Aplicar el producto con rasqueta. Si, después de limpiar la vitrocerámica de
esta manera, te sigues encontrando manchas incrustadas (algunas manchas como la
leche quemada o ciertas salsas pueden costar un poco más), puedes optar por
usar una rasqueta para quitarlas. Hay que ser cuidadoso para no
rascar la vitoceramica. Aplicar a la mancha un poco de hielo para
endurecerla puede ayudar en esta tarea.
04.-
Persistencia de cerco. A veces, alrededor del fuego se forma cerco quemado que
es muy difícil de quitar. Ni con la esponja, ni con la rasqueta se quita bien,
pero hay un truco casero que quizá te pueda ayudar a acabar con la
suciedad.
Haz una
pasta con 2 cucharaditas de bicarbonato y 10 cl. de agua. Una vez hecha,
extiende la pasta por encima de la superficie quemada y rocíalo de vinagre.
Deja actuar durante 5 minutos y límpialo luego con una bayeta.
05.-
Dar un poco de brillo. El truco está en hacer una mezcla de vinagre y agua y
empapar una bayeta en ella. Extiende la mezcla suavemente por todos los
rincones de la vitro y luego aclárala.
06.-
Corregir desperfectos. Para corregir el deterioro de una placa raspada se puede
usar un poco de pasta de dientes. Pon la pasta en un paño y aplícala en
círculos por la parte que esté rayada.
07.-
Prevenir mejor que nada. Cuidado diario cada vez que se cocina.
El artículo
completo se puede ver en un enlace de TEKA que dejo.
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